Llega del colegio, apenas si saluda. Ingresa a la casa concentrado en un mensaje de texto que le acaba de ingresar. Decide no almorzar, y casi en automático se sienta frente al computador y se pierde en el ciberespacio. En un intento por entender qué ocurre, los adultos nos preguntamos ¿Qué tanto hace o busca en internet?, y nuestra respuesta es básicamente la misma: “¡No sabemos!”.
El internet se ha convertido en el mejor amigo de nuestros jóvenes. Los padres y madres de hoy, vivimos preocupados por esta amistad que crece y crece sin límites.
Sin embargo, el uso del Internet no debe ser visto como un enemigo; sino por el contrario puede también ser una herramienta que, bien utilizada, brinde grandes beneficios a sus usuarios.
Según un estudio realizado por un equipo de estudiantes de Ingeniería en Sistemas de Información de la Universidad Villa María, Argentina; los jóvenes invierten más de 4 horas diarias en el uso del internet. Este estudio reveló que los adolescentes prefieren el internet antes que la televisión y la radio. El 40% de los entrevistados admitieron que utilizan el internet para chatear o conversar, el 25% para bajar juegos electrónicos y entretenerse y el 22% lo utiliza para buscar información o navegar. Solo el 11% lo utiliza para enviar y recibir correos electrónicos.
Ante estos números, ¿debemos los padres alarmarnos? Todo lo contrario, debemos ocuparnos. Esta información puede ser una excelente oportunidad para que como padres conozcamos cuál es el medio más efectivo de comunicación con nuestros hijos en época de pubertad.
Según los axiomas de la comunicación, el verdadero mensaje no es el que se da, sino el que se recibe. Así que para asegurarnos que nuestros jóvenes nos escuchan, y que somos parte de su mundo de interés, debemos comunicarnos con ellos de la manera que ellos prefieran; en otras palabras, debemos hacer del internet nuestro aliado.
El internet puede tener grandes beneficios que no hemos descubierto aún, y que permanecen ocultos detrás de nuestros paradigmas de “adicción”, “herramienta antisocial”, o “mata celebros”. Uno de ellos es que podemos estar en contacto directo con nuestros hijos a través del chat (Messenger, Skype) , a través del cual muchos jóvenes se expresan de una manera que no lo harían cara a cara. Esta herramienta es muy útil para aquellos padres que trabajan fuera del hogar, viajan en demasía, o que, por una u otra razón, pasan grandes períodos fuera de casa.
Herramientas como Facebook o Twitter, permiten a los jóvenes expresarse abiertamente acerca de sus temas favoritos, y permite a los padres de una manera estratégica estar al tanto de las conversaciones y amistades de sus hijos. Igualmente, la red puede ser toda una fuente de conocimientos o de educación on-line. Con una supervisión adecuada nuestros hijos pueden estudiar, investigar, y aprender sobre temas que les apasionen, visitando diversas fuentes y conociendo diferentes puntos de vista. Como herramienta de investigación la red es y parece insuperable.
El contacto intercultural es extenso. La comunicación a nivel world-wide le abre a nuestros “pubers” la oportunidad de conocer de otras culturas, aun sin visitarlas, o bien mantener contacto con seres queridos o amistades que viven en otras latitudes.
El internet, brinda a nuestros adolescentes la oportunidad de ser críticos y autocríticos. Con foros abiertos de casi todos los temas, nuestros jóvenes pueden ir aprendiendo el arte de expresarse, sin temor a ser encasillados por esto. Pueden incluso, convertirse en líderes de opinión sobre temas de su conocimiento y crear así círculos de conversación y confrontación constructiva. Hasta los temidos juegos electrónicos, como actividades lúdicas, permiten a los niños y adolescentes disfrutar de interesantes plataformas virtuales de entretenimiento, que pueden ayudar al desarrollo de habilidades motoras, lingüísticas y de concentración.
Por supuesto, que no podemos tapar el sol con un dedo. Un uso inadecuado de la red por parte de los adolescentes, sumado a una supervisión ausente de los padres o tutores, puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza. Sin embargo, existen opciones; los padres pueden ver el internet como un enemigo o como un aliado, como un estorbo o como una ayuda, como una herramienta inútil o como la mejor de las invenciones. Así que padres… ¡Mucho ojo!
El internet se ha convertido en el mejor amigo de nuestros jóvenes. Los padres y madres de hoy, vivimos preocupados por esta amistad que crece y crece sin límites.
Sin embargo, el uso del Internet no debe ser visto como un enemigo; sino por el contrario puede también ser una herramienta que, bien utilizada, brinde grandes beneficios a sus usuarios.
Según un estudio realizado por un equipo de estudiantes de Ingeniería en Sistemas de Información de la Universidad Villa María, Argentina; los jóvenes invierten más de 4 horas diarias en el uso del internet. Este estudio reveló que los adolescentes prefieren el internet antes que la televisión y la radio. El 40% de los entrevistados admitieron que utilizan el internet para chatear o conversar, el 25% para bajar juegos electrónicos y entretenerse y el 22% lo utiliza para buscar información o navegar. Solo el 11% lo utiliza para enviar y recibir correos electrónicos.
Ante estos números, ¿debemos los padres alarmarnos? Todo lo contrario, debemos ocuparnos. Esta información puede ser una excelente oportunidad para que como padres conozcamos cuál es el medio más efectivo de comunicación con nuestros hijos en época de pubertad.
Según los axiomas de la comunicación, el verdadero mensaje no es el que se da, sino el que se recibe. Así que para asegurarnos que nuestros jóvenes nos escuchan, y que somos parte de su mundo de interés, debemos comunicarnos con ellos de la manera que ellos prefieran; en otras palabras, debemos hacer del internet nuestro aliado.
El internet puede tener grandes beneficios que no hemos descubierto aún, y que permanecen ocultos detrás de nuestros paradigmas de “adicción”, “herramienta antisocial”, o “mata celebros”. Uno de ellos es que podemos estar en contacto directo con nuestros hijos a través del chat (Messenger, Skype) , a través del cual muchos jóvenes se expresan de una manera que no lo harían cara a cara. Esta herramienta es muy útil para aquellos padres que trabajan fuera del hogar, viajan en demasía, o que, por una u otra razón, pasan grandes períodos fuera de casa.
Herramientas como Facebook o Twitter, permiten a los jóvenes expresarse abiertamente acerca de sus temas favoritos, y permite a los padres de una manera estratégica estar al tanto de las conversaciones y amistades de sus hijos. Igualmente, la red puede ser toda una fuente de conocimientos o de educación on-line. Con una supervisión adecuada nuestros hijos pueden estudiar, investigar, y aprender sobre temas que les apasionen, visitando diversas fuentes y conociendo diferentes puntos de vista. Como herramienta de investigación la red es y parece insuperable.
El contacto intercultural es extenso. La comunicación a nivel world-wide le abre a nuestros “pubers” la oportunidad de conocer de otras culturas, aun sin visitarlas, o bien mantener contacto con seres queridos o amistades que viven en otras latitudes.
El internet, brinda a nuestros adolescentes la oportunidad de ser críticos y autocríticos. Con foros abiertos de casi todos los temas, nuestros jóvenes pueden ir aprendiendo el arte de expresarse, sin temor a ser encasillados por esto. Pueden incluso, convertirse en líderes de opinión sobre temas de su conocimiento y crear así círculos de conversación y confrontación constructiva. Hasta los temidos juegos electrónicos, como actividades lúdicas, permiten a los niños y adolescentes disfrutar de interesantes plataformas virtuales de entretenimiento, que pueden ayudar al desarrollo de habilidades motoras, lingüísticas y de concentración.
Por supuesto, que no podemos tapar el sol con un dedo. Un uso inadecuado de la red por parte de los adolescentes, sumado a una supervisión ausente de los padres o tutores, puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza. Sin embargo, existen opciones; los padres pueden ver el internet como un enemigo o como un aliado, como un estorbo o como una ayuda, como una herramienta inútil o como la mejor de las invenciones. Así que padres… ¡Mucho ojo!
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